MI VOCACION, CONSOLAR: El Credo

Algo más de nuestro Carisma

El encuentro con la Historia de las Hnas. de la Consolación nos evoca el texto del Éxodo: vió que la zarza estaba ardiendo, pero que no se consumía ... quita las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es tierra sagrada (Ex 3,2b.5). En «el Padre de las misericordias y Dios de toda consolación», está el origen de nuestra historia. María, bajo cuya advocación consoladora está puesto el Instituto, guía los pasos de las hermanas desde el nacimiento de la Congregación. María Rosa Molas, inicia en pleno siglo xix esta historia, bajo el impulso del Espíritu de Dios. Y las hermanas, a lo largo del tiempo, han hecho una andadura de amor a Jesucristo, «sirviéndole en sus pobres».

Esta historia ensancha horizontes, da espesor al carisma y nos desvela la vitalidad del Instituto. Sobre un fondo de espacio y tiempo encontramos páginas de vida, de luz, de gracia, de evangelio y de consolación: ¡Vamos a descalzarnos...!

Está en marcha la rueda de la historia. Es el 14 de marzo de 1857. María Rosa Molas da el primer paso fundacional y nace la Congregación buscando como Madre a la Iglesia. La primera página de nuestra historia lleva el sello del amor a la Iglesia. Y el 14 de noviembre de 1858, recibe el Instituto el nombre de Hermanas de Ntra. Sra. de la Consolación. Nombre con el que somos conocidas en la Iglesia y en el mundo.

Formula de Consagración

" Yo, hermana... Ante la Iglesia renuevo mi consagración bautismal, y en las manos de la superiora general de la Congregación de Hermanas de Ntra. Sra. de la Consolación, hago a Dios por todo el tiempo de mi vida, los votos de castidad, pobreza y obediencia, según las Constituciones de la Congregación. Atraida por la fuerza del Amor de Cristo, prometo seguirle en comunión fraterna con mis hermanas, asociando el sacrificio de mi vida a su obra salvífica, para dilatar su Reino y ser instrumento de misericordia y consolación en los ministerios que se me confíen. Que la gracia del Espíritu Santo y el auxilio de la Santísima Virgen, Madre de Consolación, y la constante intercesión de la Iglesia me ayuden a plenificar mi consagración. Amén."

Palabras de un Papa. Francisco

El Papa Francisco a
los jóvenes….
Jesús es Amor (…) y vale la pena
seguir este camino. Pero claro, cuando seguimos el camino de Jesús se arma,
porque era una de las cosas que ya desde el principio cuando Jesús estaba ahí
con los apóstoles, que sucedía al que seguía a Jesús, que rompía los esquemas.
Y ustedes hoy empezaron a romper los esquemas normales porque por ahí mientras
algunos dormían, ustedes ya estaban caminando, estaban rompiendo los esquemas
con los gritos. Mientras algunos por ahí estaban reunidos a ver cómo podían
hacer para poder tener más dinero, más poder, o más influencias, ustedes
estaban diciendo que el Amor es Servicio; y que lo único que vale en la vida es
vivir para los demás. ¡¡¡Yo soy un hombre, una mujer, que vivo para los
demás!!! Lo que ustedes estaban gritando con su modo de ser, es que el que no
vive para servir no sirve para vivir.¡¡¡Estamos cansados de gente que no sirva
para vivir!!! ¡¡¡Nosotros queremos vivir para servir!!! (…) Y eso es romper los
esquemas (…) Romper los esquemas artificiales que nos quieren imponer, romper
los esquemas artificiales de un mundo fácil que nos vende la fácil: hácela
fácil, no te rompas, hacé la que te gusta…
Jóvenes: caminar contra
corriente. Esto hace bien al corazón, pero hay que ser valientes para ir contra
corriente y Él nos da esta fuerza (…) Apostad por los grandes ideales, por las
cosas grandes. Los cristianos no hemos sido elegidos por el Señor para
pequeñeces. Hemos de ir siempre más allá, hacia las cosas grandes. Jóvenes,
poned en juego vuestra vida por grandes ideales.

Desde el ARTE

Señor Jesús, tú que eres el camino, la verdad y la vida,
aduéñate de mis pasos, seduce mi libertad
Y ven a mi encuentro para que siempre pueda elegirte
como compañero. Sal al paso de quienes van por los caminos de este mundo sin saber que tú caminas a su lado
y haz que, al descubrirte junto a ellos, se dejen alcanzar por ti
y te acojan como Señor que se ha hecho hermano.
Mira a los jóvenes de nuestras comunidades,
llama y escoge a los que quieras, disipa sus dudas y sus miedos, para que se atrevan a seguirte en el ministerio sacerdotal y en la vida religiosa y te acepten como amigo.
Fortalece a los jóvenes para que, en tu cercanía, anuncien a todas las personas, sus compañeros, hermanos y amigos,
quién eres Tú. Quédate con nosotros, a través de ellos, en la anochecida de este tiempo; repártenos tu Palabra y tu Evangelio Y pon en ascuas nuestro corazón; con tu pan y con tu vino andaremos el camino cada amanecer para gritar que es verdad, que estás en medio de nosotros, Resucitado.

MI VOCACION, CONSOLAR

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lunes, 26 de noviembre de 2012

El Credo

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