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ETAPAS DE FORMACIÓN
(postulantado, noviciado, profesión de votos temporales, perpetuos)
Después
de haber realizado un discernimiento y haber tomado la decisión de continuar
por el camino que Dios te propone, si has descubierto que tu vocación es la
vida religiosa, comienzan las etapas de formación.
Cada
Congregación tiene sus particularidades, pero el camino es parecido. En nuestra
Congregación de Hermanas de Nuestra Señora de la Consolación ,
encontramos el siguiente itinerario:
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Tiempo de discernimiento vocacional.
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Postulantado. Es una etapa en la que
se vive en una comunidad, compartiendo su vida y su misión apostólica. Se trata
de un tiempo en el que vamos descubriendo la vida de oración, la vida fraterna
y la misión propia de las hermanas. Se trata de vivir, compartir e ir
vislumbrando si tu opción se va asentando y tomando fuerza. También hay un
espacio importante para la formación y el acompañamiento. Trabajamos temas
fundamentales que nos ayuden a profundizar en nuestra fe, a ser conscientes de
todo lo que vamos viviendo y a elegir vivirlo teniendo como centro a Cristo. Su
duración oscila entre un año y dos, en función de las circunstancias y
situaciones concretas de cada persona.
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Noviciado. Se trata de un tiempo de
dos años en los que todo nuestro esfuerzo se concentra en ‘dejar a Dios’ que
ponga los cimientos de nuestra vida entera: vivir con Él, como Él, hasta el
final. Ello nos pide -como quien construye un edificio - quitar todo aquello
que suponga un obstáculo en esos fundamentos. Es una etapa exigente y bien
concentrada, en la cual dejamos de realizar actividades que podrían distraernos
de cuanto hemos explicado. Dedicamos este tiempo a:
o la
vida de oración personal y comunitaria, que nos lleva a una adhesión cada vez
mayor a la persona de Jesucristo, y a hallar en la fe compartida un importante
impulso en nuestra vocación.
o el
conocimiento de las Constituciones de nuestra Congregación que nos muestran el
estilo de vida de las hermanas
o el
estudio y profundización de la vida y obra de Santa María Rosa Molas i Vallvé,
la mujer que fundó nuestra Congregación y que nos muestra el camino de entrega
sin reservas como instrumentos de misericordia y consolación.
o La
vida comunitaria y el desarrollo de valores cada vez más evangélicos en nuestras
relaciones y tareas cotidianas.
Es
una comunidad donde conviven fraternamente las novicias junto a varias hermanas
que colaboran en la formación y acompañamiento de las jóvenes. Además,
realizamos estudios y actividades fuera del Noviciado lo cual comporta una gran
riqueza para nosotras. Para conocer más esta etapa y nuestra vida, puedes
indagar en los apartados más concretos de esta página que se refieren a la Comunidad Noviciado.
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Profesión temporal. Terminado el
tiempo de noviciado, que dura dos años, viene el momento esencial de este
camino. Libremente elegimos vivir como Aquél que nos eligió. Elegimos dedicar
nuestra vida a su servicio en nuestros hermanos más necesitados. Y lo
proclamamos públicamente, ante la
Iglesia y ante testigos, en una celebración eucarística. En
la profesión temporal leemos la fórmula que contiene estos deseos ante la
representante de nuestra familia religiosa: ella nos acoge con alegría como
hermanas. Profesamos los votos religiosos (pobreza, castidad y obediencia) por
un año, renovándolos cada año, en esa misma fecha. Poco a poco vamos haciendo
esta entrega más consciente y libre; más humilde y confiada en manos del Señor,
que nos da la capacidad de responderle. Así, después de seis años de profesión
temporal optamos por firmar nuestro compromiso definitivo, nuestro AMÉN.
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Profesión perpetua. Cumplido un tiempo de la profesión perpetua se hacen públicamente los votos para toda la vida.
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