viernes, 27 de abril de 2012

Como discernir la llamada del Señor

He aquí algunas indicaciones prácticas para hacer el "discernimiento" sobre la llamada de Dios.


1. La calidad de mi vida humana

- ¿Cómo es mi relación con los que me rodean? ¿Qué carácter tengo? ¿Soy dialogante, sociable, capaz de trabajar en equipo...?
- ¿Soy responsable de aquello a lo que me he comprometido: familia, estudios, vida profesional, horarios, compromisos diversos (animador, monitor, etc...)? ¿Tengo un sentido generoso del trabajo? ¿Soy capaz de austeridad y sacrificio?
- ¿Cuáles son mis motivaciones de fondo en todo lo que hago?
-¿Soy fiel a los compromisos adquiridos? ¿Doy continuidad a lo que inicio?
- ¿En qué contexto y circunstancias nace mi vocación?
- Tengo una actitud positiva frente al mundo, o una actitud de huida?


2. La "consistencia" de mi experiencia espiritual

- ¿Vivo una fuerte relación personal con Dios Padre-Hijo-Espíritu?
- ¿Es Jesucristo alguien amado a quien quiero «imitar» y seguir ya desde ahora?
- ¿En qué se concreta mi amistad con Jesús? Oración personal, Palabra de Dios, sacramentos, María, capacidad de conversión, motivación de lo que hago y «estilo de vida», vocación de servicio, etc.


3. Mi sentido de Iglesia

- ¿Mi búsqueda es individual: "Mi Jesús y yo"... o me dejo ayudar?
- ¿Valoro el acompañamiento personal y también la vida de grupo?
- ¿Acepto la guía de la Iglesia (a través de las personas que tienen competencia) en mi camino de maduración y discernimiento? ¿Soy capaz de apoyar y estimular el camino de otros?
- ¿Tengo una mirada positiva sobre los otros miembros de la Iglesia y las diferentes vocaciones?



4. Mi sentido de misión

- ¿Estoy atento a las "llamadas" del mundo, al clamor de las personas necesitadas?
- ¿Qué me dice la situación de tantos jóvenes «pobres» y abandonados?
- ¿Voy «conociendo» y viviendo el Evangelio y deseo «contagiarlo» a los demás?
- ¿Cómo se concreta esto en mi vida ordinaria?
- ¿Pienso que es una suerte y un regalo (gracia) poder trabajar por el Reino de Dios?


5. Mis aptitudes ("talentos")

- ¿Me conozco bien? ¿Soy consciente de mis cualidades y limitaciones (definitivas o superables): físicas, psíquicas, intelectuales, afectivas...?
- ¿Me acepto como soy? ¿Tengo un buen nivel de autoestima?
- ¿Cómo acepto los avisos y correcciones?


6. Mi proyecto

- ¿Tengo un proyecto ya «cerrado», hecho según mis ideas? ¿O me siento libre y disponible para cambiar ese proyecto porque mi preocupación real es amar y servir a Dios lo mejor que pueda?
- ¿Tengo una auténtica disponibilidad y una verdadera obediencia a la voluntad de Dios? ¿En qué se concreta?
- ¿Me dedico a hacer «turismo espiritual» o me tomo tiempo para madurar y profundizar lo que yo hago, y ver si realmente lo hago desde Dios ?
- ¿Espero señales extraordinarias para avanzar o voy dando pasos concretos?
- ¿Tengo paciencia conmigo mismo (que no significa conformismo): respetando los tiempos de maduración y las lógicas etapas de todo proceso?


7. Mis silencios



martes, 24 de abril de 2012

Carta de Mª Rosa Molas a los chicos del Com, Movimiento Juvenil



 
  “Consolad, consolad a mi pueblo dice el Señor, hablad al corazón del hombre...” Con estas palabras el Señor hizo brotar en mi el Carisma que hoy aun sigue vivo en todos y cada uno de vosotros y vosotras.

Si tuviera que elegir un lugar para estar en este día. Sin duda diría que aquí, en este Encuentro del COM, en esta Eucaristía, y en este preciso momento, en el que muchos y muchas vais a recibir el pañuelo del COM, más allá de una tela es Signo de aquello que queréis VIVIR y hacer que vivan los demás por Amor.
Os voy hacer una confesión pública, entre el silencio y la escucha de la Palabra siempre estuve abierta al Espíritu..... Cada día El iba derramando en mi corazón la Consolación de Dios Padre.
Intenté estar presente allá donde el hombre vivía en desconsuelo: Llevar la Caridad a todos: Niños, ancianos, enfermos, ricos y pobres..... Ser toda para todos, sin la menor distinción, para que el pobre sea servido y Dios loado.
Bien sabéis que Dios nos llama a cada uno y a cada una por nuestro nombre, con nuestras cualidades y con nuestras limitaciones y cuando nos envía, sabe que para llevar a cabo la tarea encomendada necesitamos poner en juego todo lo que somos.
Por eso es necesario que os conozcáis, descended a lo más profundo de vuestro ser y reconoced allí la verdad de vuestra existencia.  Esto, exige esfuerzo, como todo lo que realmente merece la pena, pero es una experiencia que debe abriros a un modo enteramente nuevo de enfocar la vida.
El Carisma de la Consolación debe ofreceros la posibilidad de aprender a vivir en profundidad, desde la verdad de lo que somos.
Vuestro ser autentico debe manifestarse en las actuaciones y reacciones ante la vida y en la relación con las otras personas. Sabed identificarlo constituye la base del conocimiento propio y de la maduración personal.
Tenéis que ser vosotros mismos cuando sepáis ver vuestra realidad, debéis aceptaros así y debéis comunicaros desde la verdad de lo que sois, sin complejos ni fingimientos, sino con la sencillez de la autenticidad.
El verdadero joven del COM es aquel que, reconociendo ante Dios su propia identidad, reconoce a Dios en la realidad del otro.
Llevad y Gustad de la Consolación de Dios, es un regalo depositado en vuestro corazón; hoy sigue vivo en el Instituto, en cada una de las hermanas y en Cada Joven, en vosotros y vosotras.
Recibid mi felicitación de Madre por el paso tan serio que hoy vais a dar. Y recordar que no estáis solos, el Señor Jesús Camina tan cerca de vosotros que sus huellas se confunden con las vuestras”


 recibid un abrazo de Madre:
                                 Mª Rosa Molas.   

viernes, 20 de abril de 2012

NO CUALQUIER ALEGRÍA



Que él había de resucitar de entre los muertos

¿Se puede celebrar la Pascua cuando en buena parte del mundo es Viernes Santo? ¿Es posible la alegría cuando tanta gente sigue crucificada? ¿No hay algo de falsedad y cinismo en nuestros cantos de gozo pascual? No son preguntas retóricas, sino interrogantes que le nacen al creyente desde el fondo de su corazón cristiano.

Parece que sólo podríamos vivir alegres en un mundo sin llantos ni dolor, aplazando nuestros cantos y fiestas hasta que llegue un mundo feliz para todos, y reprimiendo nuestro gozo para no ofender el dolor de tantas víctimas. La pregunta es inevitable: si no hay alegría para todos, ¿qué alegría podemos alimentar en nosotros?

Ciertamente, no se puede celebrar la Pascua de cualquier manera. La alegría pascual no tiene nada que ver con la satisfacción de unos hombres y mujeres que celebran complacidos su propio bienestar, ajenos al dolor de los demás. No es una alegría que se vive y se mantiene a base de olvidar a quienes sólo conocen una vida desgraciada.

La alegría pascual es otra cosa. Estamos alegres, no porque han desaparecido el hambre y las guerras, ni porque han cesado las lágrimas, sino porque sabemos que Dios quiere la vida, la justicia y la felicidad de los desdichados. Y lo va a lograr. Un día, «enjugará toda lágrima de sus ojos, y no habrá ya muerte, ni habrá más llanto, ni gritos, ni dolor» (Ap 21, 4). Un día, todo eso habrá pasado.

Nuestra alegría pascual se alimenta de esta esperanza. Por eso, no olvidamos a quienes sufren. Al contrario, nos dejamos conmover y afectar por su dolor, dejamos que nos incomoden y molesten. Saber que Dios hará justicia a los crucificados no nos vuelve insensibles. Nos anima a luchar contra la insensatez y la maldad hasta el fin de los tiempos. No lo hemos de olvidar nunca: cuando huimos del sufrimiento de los crucificados no estamos celebrando la Pascua del Señor, sino nuestro propio egoísmo.

martes, 10 de abril de 2012

Quien quiere resucitar a este mundo que se muere


Cuantas veces en el noviciado y en los grupos de Com, en el voluntariado y en las Pascuas hemos cantado esta canción tan emblematica de Brotes de Olivo, El Aleluya que sale del corazón de quienes lo cantan...Quien quiere resucitar a este mundo que se muere, quien cantará el Aleluya de esta nueva luz que viene.. Quien cuando mire la tierra y las tragedias observe, sentirá en su corazón el dolor de quien se muere, quien es capaz de salvar a este mundo decadente y mantiene la esperaza de los muchos que la pierden...


domingo, 8 de abril de 2012

AMANECER


En la noche del
sábado, alguien no dormía,
tenía
presentimientos.
Alguien soñaba: una
fuente en medio del desierto,
rodeada de macetas,
flores rojas y
blancas,
y el agua cantando
de alegría.
Alguien sentía en
el corazón un fuego
y quería ir al
sepulcro para apagarlo.

Al amanecer, cuando
aún estaba oscuro,
fueron mujeres al
sepulcro
con ungüentos
escogidos para Cristo.
¡Habían sido muchas
las heridas!
Yo ungiré las
heridas de sus pies
que tantos caminos
recorrieron de paz y de perdón,
y las iré besando
arrepentida.
Yo ungiré las
heridas de sus manos,
manos amistosas que
tanto bien hicieron.
Y las iré besando
agradecida.
Yo ungiré la de sus
Costado, Corazón que tanto amó,
y no me cansaré de
besarlo enamorada.

¿La losa? Ya
veremos, que vengan los ángeles a ayudarnos.
Veremos... Pero ya
no vieron más que luz,
una luz creciente,
las cegaba e invadía
¡y el perfume! ¿No
llevaban ellas los ungüentos?
La tumba estaba
abierta,
pero ellas
respiraban un perfume irresistible.
¿Qué nos pasa?
Estamos resplandecientes.
Es que ha pasado un
ángel del Señor.
Les entraban ganas
de reír y de llorar.
Yo he visto a dos
ángeles del Señor.
¿Es que estamos
locas?
Es que pasa él, que
es la Pascua,
que está pasando el
Señor,
y estamos en su amor
resucitados

lunes, 2 de abril de 2012

No perder la identidad


JOSÉ ANTONIO PAGOLA SAN SEBASTIÁN (GUIPUZCOA).
- Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Dentro de muy poco, ya no lo tendrán con ellos. Jesús les habla con ternura especial: «Hijitos míos, me queda poco de estar con vosotros». La comunidad es pequeña y frágil. Acaba de nacer. Los discípulos son como niños pequeños. ¿Qué será de ellos si se quedan sin el Maestro?Jesús les hace un regalo: «Os doy un mandato nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado». Si se quieren mutuamente con el amor con que Jesús los ha querido, no dejarán de sentirlo vivo en medio de ellos. El amor que han recibido de Jesús seguirá difundiéndose entre los suyos.Por eso, Jesús añade: «La señal por la que conocerán todos que sois discípulos míos será que os amáis unos a otros». Lo que permitirá descubrir que una comunidad que se dice cristiana es realmente de Jesús, no será la confesión de una doctrina, ni la observancia de unos ritos, ni el cumplimiento de una disciplina, sino el amor vivido con el espíritu de Jesús. En ese amor está su identidad. Vivimos en una sociedad donde se ha ido imponiendo la "cultura del intercambio". Las personas se intercambian objetos, servicios y prestaciones. Con frecuencia, se intercambian además sentimientos, cuerpos y hasta amistad. Eric Fromm llegó a decir que "el amor es un fenómeno marginal en la sociedad contemporánea". La gente capaz de amar es una excepción.Probablemente sea un análisis excesivamente pesimista, pero lo cierto es que, para vivir hoy el amor cristiano, es necesario resistirse a la atmósfera que envuelve a la sociedad actual. No es posible vivir un amor inspirado por Jesús sin distanciarse del estilo de relaciones e intercambios interesados que predomina con frecuencia entre nosotros. Si la Iglesia "se está diluyendo" en medio de la sociedad contemporánea no es sólo por la crisis profunda de las instituciones religiosas. En el caso del cristianismo es, también, porque muchas veces no es fácil ver en nuestras comunidades discípulos y discípulas de Jesús que se distingan por su capacidad de amar como amaba él. Nos falta el distintivo cristiano.Los cristianos hemos hablado mucho del amor. Sin embargo, no siempre hemos acertado o nos hemos atrevido a darle su verdadero contenido a partir del espíritu y de las actitudes concretas de Jesús. Nos falta aprender que él vivió el amor como un comportamiento activo y creador que lo llevaba a una actitud de servicio y de lucha contra todo lo que deshumaniza y hace sufrir el ser humano. (Eclesalia Informativo autoriza y recomienda la difusión de sus artículos, indicando su procedencia).

CRISTIANO SÍGUELO


Esta noche mientras dormía,

tú voz he oído Señor

eras tú quien me decía,

sal de tu tierra y ven junto a mí

Ha sido un sueño, que sé yo

tu extraña voz me despertó, y que extraño mensaje;

déjalo todo y sígueme, sígueme.

Pero cómo quieres que lo haga Señor, mi tierra mi trabajo dejando yo

no puedes pedírmelo, estoy tan implicado y la voz que suena en mi interior.

Y dices tú que eres cristiano.

Debes pensar que un sueño fue

pero no Él te está hablando, puedes oírlo o no, pero necesita de tus brazos

dáselos, dáselos.

CRISTIANO SÍGUELO, NO USES MÁS SU NOMBRE

CRISTIANO ES QUIEN LE SIGUE Y NO, EL QUE NO RESPONDE.

Esta noche mientras dormía, tú voz he oído Señor

que quieres que te diga, tú lees mi corazón,

y sabes que nunca diría no, sabes que nunca diría no.