“Consolad,
consolad a mi pueblo dice el Señor, hablad al corazón del hombre...” Con estas palabras el Señor
hizo brotar en mi el Carisma que hoy aun sigue vivo en todos y cada uno de
vosotros y vosotras.
Si tuviera que
elegir un lugar para estar en este día. Sin duda diría que aquí, en este
Encuentro del COM, en esta Eucaristía, y en este preciso momento, en el que
muchos y muchas vais a recibir el pañuelo del COM, más allá de una tela es
Signo de aquello que queréis VIVIR y hacer que vivan los demás por Amor.
Os voy hacer una
confesión pública, entre el silencio y la escucha de la Palabra siempre estuve
abierta al Espíritu..... Cada día El iba derramando en mi corazón la
Consolación de Dios Padre.
Intenté estar presente allá
donde el hombre vivía en desconsuelo: Llevar la Caridad a todos: Niños,
ancianos, enfermos, ricos y pobres..... Ser toda para todos, sin la menor
distinción, para que el pobre sea servido y Dios loado.
Bien sabéis que Dios
nos llama a cada uno y a cada una por nuestro nombre, con nuestras
cualidades y con nuestras limitaciones y cuando nos envía, sabe que para llevar
a cabo la tarea encomendada necesitamos poner en juego todo lo que somos.
Por eso es
necesario que os conozcáis, descended a lo más profundo de vuestro ser y
reconoced allí la verdad de vuestra existencia.
Esto, exige esfuerzo, como todo lo que realmente merece la pena, pero es
una experiencia que debe abriros a un modo enteramente nuevo de enfocar la
vida.
El Carisma de
la Consolación debe ofreceros la posibilidad de aprender a vivir en profundidad, desde la verdad de lo que
somos.
Vuestro ser
autentico debe manifestarse en las actuaciones y reacciones ante la vida y en
la relación con las otras personas. Sabed identificarlo constituye la base del
conocimiento propio y de la maduración personal.
Tenéis que ser
vosotros mismos cuando sepáis ver vuestra realidad, debéis aceptaros así y
debéis comunicaros desde la verdad de lo que sois, sin complejos ni
fingimientos, sino con la sencillez de la autenticidad.
El verdadero
joven del COM es aquel que, reconociendo ante Dios su propia identidad,
reconoce a Dios en la realidad del otro.
Llevad y
Gustad de la Consolación de Dios, es un regalo depositado en vuestro corazón; hoy sigue vivo en el
Instituto, en cada una de las hermanas y en Cada Joven, en vosotros y vosotras.
Recibid mi
felicitación de Madre por el paso tan serio que hoy vais a dar. Y recordar que
no estáis solos, el Señor Jesús Camina tan cerca de vosotros que sus huellas se
confunden con las vuestras”
recibid un abrazo de Madre:
Mª Rosa Molas.
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