sábado, 28 de diciembre de 2013

Él es la luz que disipa las tinieblas. Él es la misericordia.

Basílica Vaticana
Martes 24 de diciembre de 2013
             
1. «El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz grande» (Is 9,1).
Esta profecía de Isaías no deja de conmovernos, especialmente cuando la escuchamos en la Liturgia de la Noche de Navidad. No se trata sólo de algo emotivo, sentimental; nos conmueve porque dice la realidad de lo que somos: somos un pueblo en camino, y a nuestro alrededor –y también dentro de nosotros– hay tinieblas y luces. Y en esta noche, cuando el espíritu de las tinieblas cubre el mundo, se renueva el acontecimiento que siempre nos asombra y sorprende: el pueblo en camino ve una gran luz. Una luz que nos invita a reflexionar en este misterio: misterio de caminar y de ver.
Caminar. Este verbo nos hace pensar en el curso de la historia, en el largo camino de la historia de la salvación, comenzando por Abrahán, nuestro padre en la fe, a quien el Señor llamó un día a salir de su pueblo para ir a la tierra que Él le indicaría. Desde entonces, nuestra identidad como creyentes es la de peregrinos hacia la tierra prometida. El Señor acompaña siempre esta historia. Él permanece siempre fiel a su alianza y a sus promesas. Porque es fiel, «Dios es luz sin tiniebla alguna» (1 Jn 1,5). Por parte del pueblo, en cambio, se alternan momentos de luz y de tiniebla, de fidelidad y de infidelidad, de obediencia y de rebelión, momentos de pueblo peregrino y momentos de pueblo errante.
También en nuestra historia personal se alternan momentos luminosos y oscuros, luces y sombras. Si amamos a Dios y a los hermanos, caminamos en la luz, pero si nuestro corazón se cierra, si prevalecen el orgullo, la mentira, la búsqueda del propio interés, entonces las tinieblas nos rodean por dentro y por fuera. «Quien aborrece a su hermano –escribe el apóstol San Juan– está en las tinieblas, camina en las tinieblas, no sabe adónde va, porque las tinieblas han cegado sus ojos» (1 Jn 2,11). Pueblo en camino, sobre todo pueblo peregrino que no quiere ser un pueblo errante.
2. En esta noche, como un haz de luz clarísima, resuena el anuncio del Apóstol: «Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres» (Tt 2,11).
La gracia que ha aparecido en el mundo es Jesús, nacido de María Virgen, Dios y hombre verdadero. Ha venido a nuestra historia, ha compartido nuestro camino. Ha venido para librarnos de las tinieblas y darnos la luz. En Él ha aparecido la gracia, la misericordia, la ternura del Padre: Jesús es el Amor hecho carne. No es solamente un maestro de sabiduría, no es un ideal al que tendemos y del que nos sabemos por fuerza distantes, es el sentido de la vida y de la historia que ha puesto su tienda entre nosotros.
3. Los pastores fueron los primeros que vieron esta “tienda”, que recibieron el anuncio del nacimiento de Jesús. Fueron los primeros porque eran de los últimos, de los marginados. Y fueron los primeros porque estaban en vela aquella noche, guardando su rebaño. Es condición del peregrino velar, y ellos estaban en vela. Con ellos nos quedamos ante el Niño, nos quedamos en silencio. Con ellos damos gracias al Señor por habernos dado a Jesús, y con ellos, desde dentro de nuestro corazón, alabamos su fidelidad: Te bendecimos, Señor, Dios Altísimo, que te has despojado de tu rango por nosotros. Tú eres inmenso, y te has hecho pequeño; eres rico, y te has hecho pobre; eres omnipotente, y te has hecho débil.
Que en esta Noche compartamos la alegría del Evangelio: Dios nos ama, nos ama tanto que nos ha dado a su Hijo como nuestro hermano, como luz para nuestras tinieblas. El Señor nos dice una vez más: “No teman” (Lc 2,10). Como dijeron los ángeles a los pastores: “No teman”.  Y también yo les repito a todos: “No teman”. Nuestro Padre tiene paciencia con nosotros, nos ama, nos da a Jesús como guía en el camino a la tierra prometida. Él es la luz que disipa las tinieblas. Él es la misericordia. Nuestro Padre nos perdona siempre. Y Él es nuestra paz. Amén.

martes, 17 de diciembre de 2013

El Papa Francisco a los Jóvenes: ¡¡¡NO MIRÉIS LA VIDA DESDE EL BALCÓN!!!

 

María
“Espero que el compromiso de caminar en la fe y de compertarse de manera coherente con el Evangelio les acompañe en este tiempo de Adviento para vivir de modo auténtico la fiesta de la Navidad del Señor. Les puede servir de ayuda el hermoso testimonio del Beato Pier Giorgio Frassati, que decía ‘¡Vivir sin fe, sin un patrimonio que defender, sin apoyar con una lucha continua la verdad, no es vivir, sino ir tirando!’”, animó el Papa Francisco durante su homilía.
 

martes, 10 de diciembre de 2013

No tengas miedo de Montxo Armendáriz

PELÍCULA:
"No tengas miedo" (2011). Dirección: Montxo Armendáriz. Guion: Montxo Armendáriz; basado en un argumento de Montxo Armendáriz y María Laura Gargarella. Producción ejecutiva: Puy Oria. Fotografía: Álex Catalán. Montaje: Fernando Franco. Dirección artística: Julio Torrecilla. Vestuario: Nereida Bonmatí. Actores: Michelle Jenner (Silvia), Lluís Homar (padre de Silvia), Belén Rueda (madre de Silvia), Nuria Gago (Maite), Rubén Ochandiano (Toni), Cristina Plazas (psicóloga), Javier Pereira (Víctor).
El problema de la pederastia resuena dramática y frecuentemente como uno de los mayores escándalos de nuestro tiempo, aunque sus raíces se hunden en tierras más lejanas.
"Fue por casualidad. Tengo un grupo de amigos con los que me reúno cada cierto tiempo para cenar y, entre ellos, hay psicólogos. Uno de ellos comentó las secuelas que dejan los abusos a menores. Me llamó la atención el tema, y empecé leyendo el material que me pasaron, luego tratando con víctimas, abogados, psicólogos, durante un año y medio, investigando. También investigué en el Frogam, un foro de Internet en el que las víctimas hablan entre ellas. De hecho la historia es una mezcla de todas esas experiencias, pero basada en casos reales.
Yo quería huir del morbo que suele acompañar este tema, sin perder por ello la dureza de todas esas vidas destrozadas. Fue un trabajo muy duro, había momentos durante la investigación en los que tenía que tomarme descansos. Fue algo tremendo.»
Uno de los ámbitos más frecuentes y propicios es el de la propia familia, especialmente por parte de quienes están más cerca de la víctima. De quienes menos se suele sospechar. Donde menos se espera.
Silvia, unos padres distanciados, unos estudios que se resienten, cambios de costumbres y nuevas adicciones, compañeros y amistades que se van haciendo más cercanos, reacciones anómalas... ¿Qué oscura sombra se cierne sobre su vida?
«Había una necesidad de hacerla, es un tema muy desconocido, y el cine también tiene su parte de misión social: la de reflejar la realidad en la que vivimos. Me pareció muy
generoso por parte de Belén y de Lluís hacer unos papeles que no empatizarían en absoluto con el público. Aunque para ellos también suponía un reto.
La planificación se basaba en ponerse en la cara de la protagonista, y que el espectador la siguiera, por eso huimos del plano contraplano. Queríamos tenerla a ella como referencia siempre. Y por esto también elegí el formato Scope, porque es más amplio y abierto, y nos permitía tenerla a ella siempre presente, con el resto de la historia y personajes rodeándola.
Estoy de parte de la víctima, lógicamente. Pero no me gusta juzgar ni dar soluciones. Prefiero insinuar y que el espectador decida. No estigmatizar, ni caer en la morbosidad. Esa ambivalencia en muchos de los abusadores da miedo. Son personas que tienen (la mayoría) una distorsión de la realidad. Se transforman en el doctor Jeckyll. Y está claro que deben ser denunciados, juzgados y asistidos.»
Pistas para la reflexión:
1. ¿Cómo es Silvia? ¿Cómo exterioriza el malestar?
¿Cómo se muestra ante el padre? ¿De qué forma se desahoga?
¿Cómo afecta a los quehaceres? ¿Quiénes la apoyan?
2. ¿Cómo es el padre? ¿Por qué repite tanto las palabras del título?
¿Qué realidad ocultan? ¿Cómo interpreta las reacciones de la hija?
¿Es capaz de salir de ese laberinto? ¿En qué lo notamos?
3. ¿Refleja la película lo que sucede en nuestra sociedad? ¿Qué salida ofrece?
¿Es la idónea? ¿Cuál elegiríamos nosotros?
4. Si la relacionamos con «Te doy mis ojos (2003)» de Icíar Bollaín,
¿qué elementos comunes percibimos en ambas víctimas?
¿Se trata de problemas graves? ¿Cómo se afrontan en nuestra sociedad?
Augusto Fernández

sábado, 7 de diciembre de 2013

RECORRER CAMINOS NUEVOS

8 de diciembre de 2013
2 Adviento(A)
Mateo 3, 1-12

   
Por los años 27 o 28 apareció en el desierto del Jordán un profeta original e independiente que provocó un fuerte impacto en el pueblo judío: las primeras generaciones cristianas lo vieron siempre como el hombre que preparó el camino a Jesús.
Todo su mensaje se puede concentrar en un grito: “Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos” . Después de veinte siglos, el Papa Francisco nos está gritando el mismo mensaje a los cristianos: Abrid caminos a Dios, volved a Jesús, acoged el Evangelio.
Su propósito es claro: “Busquemos ser una Iglesia que encuentra caminos nuevos”. No será fácil. Hemos vivido estos últimos años paralizados por el miedo. El Papa no se sorprende: “La novedad nos da siempre un poco de miedo porque nos sentimos más seguros si tenemos todo bajo control, si somos nosotros los que construimos, programamos y planificamos nuestra vida”. Y nos hace una pregunta a la que hemos de responder: “¿Estamos decididos a recorrer los caminos nuevos que la novedad de Dios nos presenta o nos atrincheramos en estructuras caducas, que han perdido capacidad de respuesta?“.
Algunos sectores de la Iglesia piden al Papa que acometa cuanto antes diferentes reformas que consideran urgentes. Sin embargo, Francisco ha manifestado su postura de manera clara: “Algunos esperan y me piden reformas en la Iglesia y debe haberlas. Pero antes es necesario un cambio de actitudes”.
Me parece admirable la clarividencia evangélica del Papa Francisco. Lo primero no es firmar decretos reformistas. Antes, es necesario poner a las comunidades cristianas en estado de conversión y recuperar en el interior de la Iglesia las actitudes evangélicas más básicas. Solo en ese clima será posible acometer de manera eficaz y con espíritu evangélico las reformas que necesita urgentemente la Iglesia.
El mismo Francisco nos esta indicando todos los días los cambios de actitudes que necesitamos. Señalaré algunos de gran importancia. Poner a Jesús en el centro de la Iglesia : “una Iglesia que no lleva a Jesús es una Iglesia muerta”. No vivir en una Iglesia cerrada y autorreferencial: “una Iglesia que se encierra en el pasado, traiciona su propia identidad”. Actuar siempre movidos por la misericordia de Dios hacia todos sus hijos: no cultivar “un cristianismo restauracionista y legalista que lo quiere todo claro y seguro, y no halla nada”. “Buscar una Iglesia pobre y de los pobres”. Anclar nuestra vida en la esperanza, no “en nuestras reglas, nuestros comportamientos eclesiásticos, nuestros clericalismos”.
José Antonio Pagola
 
 

martes, 3 de diciembre de 2013

Tan sólo he venido

"No he venido a pedirte como suelo hacer Señor, sientes de yo clamarte conoces mi petición.
Sólo quiero escucharte, pon el tema ,Señor,
Tan sólo he venido a estar contigo, a ser tu amigo, a compartir con mi Dios, adorarte y darte gracias por siempre gracias por lo que has hecho Señor conmigo..
 
 
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