martes, 9 de julio de 2013

Quédate

Quédate… por si las sombras se alargan.
Para que las lágrimas no se derramen sobre tu ausencia,
para que no se apaguen las brasas del deseo,
para desentrañar juntos lenguajes ignotos,
para dejarme cautivar por tu hechizo,

para poblar de imágenes mis sueños,
para que mi corazón se acompase al tuyo,
para exponernos a la brisa de la intemperie,
para desterrar las palabras vacías,

para diluir la tristeza entre las nubes del olvido,
para afrontar la luna de mis noches y la penumbra de mis días,
para renacer a la ternura desde las entrañas del tiempo,
para desterrar la umbría del miedo,

para tenderme sobre la playa de tu cuerpo,
para reflejarme tal como soy en el espejo de tu pupila,
para fundir los hielos del desamor,
para palpar juntos la fragilidad de la vida,

para descifrar el don de la emoción,
para conducir mis labios hasta el sabor del beso,
para gozar de tu presencia inasible,
para emprender las sendas del asombro,

para que me guíes por el camino de regreso,
para no retener la claridad de tu mirada,
para que mi soledad sea compartida,
para que me escuches con atención conmovida,

para dar luz a mis callejones oscuros,
para que nuestro instante sea eterno,
para que mi esperanza no se transforme
en polvo y ceniza.

Miguel Ángel Mesa

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