jueves, 23 de junio de 2011

El Amor de Dios. 1ª Parte

"A menudo me canso de hacerte caso, de tratar en vano de no caer en tentaciones. Mi vida sin ti siempre fue más cómoda, divertida y libre. ¿Crees que no me da vergüenza caer al levantar mi rostro ver siempre tu sonrisa condescendiente y comprensiva? ¿Crees que no tengo orgullo que no me siento mal cada vez que te fallo y no poder evitar el volverte a fallar? Cada día tengo más y más dudas y miedo de terminar dependiendo de ti, como el “opio” que dice Nietzche que tú eres. Cada vez siento más vergüenza de admitir que soy de los tuyos. Me cuesta estar siempre confiado, ser noble y generoso, ser comprensivo… Cansa seguir tu ejemplo… No veo señales, ni pruebas, estoy cansado de pedir y de no recibir nada… Estoy harto de que dirijas mi vida… No entiendo algunas cosas de tu palabra; me cansan los ritos y las reuniones “obligatorias”. Puedo valerme sin ti… ¿Por qué no me dejas en paz?...

No te preocupes. Se lo que sientes yo también. Yo también tuve miedo y dudas. Yo también pedí que me quitaran el yugo de mi destino, desee no tener esa responsabilidad. Yo realmente tenía al mundo sobre mis hombros… No te preocupes si no me entiendes. Yo les hablé de mi amor día y noche a mis apóstoles, escuchaban todas mis parábolas, y sin embargo estaban más preocupados en quién se sentaría a mi derecha al final de los tiempos o sobre cuántas veces se debía perdonar… Nunca me entendieron de verdad. No te avergüences si a veces me ignoras. Pedro, mi roca fuerte, mi sucesor, me negó… y varias veces!... Y a pesar de ello le confié el mundo y la obra de mi Padre… No me cras nunca que no comprenderé cada una de tus caídas, arrebatos y traiciones… Yo perdoné al que me traicionó, al que me negó, a los que me insultaron, a los que me asesinaron… ¿Qué es tu ofensa? Nada… Y aunque no te parezca justo que yo te perdone, siempre aunque tu sigas cayendo en lo mismo, mi misericordia supera tu concepto de justicia.

No te avergüences cuando necesites “pruebas” de mi poder. Tuve que hacer milagros para que mi gente me reconociera y me siguiera… ¡Tuve que aparecerme resucitado ante ello para que comprendieran y dejaran de dudar de mi con mi muerte! Y si no me reconoces allí ante ti, en el dolor y el llamdo de los que te necesitan, que más da… nadie me reconoció como el Cristo cuando andaba entre los hombres.

No te preocupes si tienes pocos amigos, muchos dijeron ser míos hasta el final y ya ves. No te preocupes si tienes que reaccionar mal y amargarte a veces. Yo les patee el trasero a esos desubicados irrespetuosos cuando invadieron el templo de mi Padre. De vez en cuando la ira es necesaria para comprender que el amor que de mi heredaste es infinito a pesar de tu humanidad imperfecta y que es ese amor mi huella en ti y el sendero que te devolverá a mi algún día. No te sientas mal cuando te veas solo, incomprendido, rechazado, golpeado e insultado, yo o que nadie se lo que es eso… y tú lo sabes. Cuando te parezca inútil lo que haces y que no avanzas mucho a pesar de todo su esfuerzo yo sentí lo mismo, miedo, dolor y frustración en cada caída rumbo a mi muerte.

No te preocupes si tus sueños son muy grandes y alterados, o de que va a ser difícil lograrlos. Yo morí intentando cumplir el mío. ¡Elegí a 12 para cambiar a miles de millones y para hacer un mundo mejor! ¡Eso si es una locura!, y mira, ya voy 2000 años y tengo para rato. Además llegué a ti. Cuando duden de ti a pesar de ser honesto contigo mismo y con los demás, a pesar de ser coherente y obrar adecuadamente. Ya somos dos.(Continuará...)

No hay comentarios:

Publicar un comentario